lunes, 25 de noviembre de 2013

3/10/2013

Y pensando, que la vida solía tener algún sentido. Mírala, tan llena de vida, tan estática a la vez. No dejo de pensar que las almas pueden plastificarse como si de fiambres se trataran. Que al igual que una ave se enjaulan. Y la vida nos envía señales, caminos y rutas que el miedo nos arrebata, y nos hace perder. Y mañana, y mañana y mañana. Siempre hay un mañana. Pero nunca es hoy. Pensando, que la vida solía tener algún sentido y la vida se desmorona ante los ojos de unos espectadores que no se atreven a participar. Ni siquiera a mirar. Aunque la vida no espere nosotros nos emperramos en esperarla a ella y, míranos, tan llenos de vida y tan estáticos, tan paradójicamente locos en nuestra desastrosa quietud. No somos más que banales descripciones de un inminente azar.

viernes, 26 de abril de 2013

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Qué nos queda cuando en lo único que podemos aferrarnos es nuestra propia piel. Quién sabe hacia dónde volaran las cenizas una vez desprendidas. Quien acierta el destino, si es que acaso existe un camino a seguir. Cómo deleitarse con la belleza en este mundo tan lleno de odio.Por qué sentimos la férrea necesidad de clasificar-lo todo en medio de este caos. Hay demasiadas, demasiadas cosas. Demasiados trastos inútiles, sobre valorados,  con el único mérito de levantar muros a nuestro alrededor. Quién decide. Por qué todo puede ser castigado de manera infatigable. Los llantos reprimidos, cada vez que se desmiente un mundo mejor. Hoy los soñadores no son más que productos del desdén. Quién nos enseñó a tener expectativas sobre la vida tan altivas y falaces. Cómo podemos usar el miedo ajeno para causar dolor, cuando miedo es lo que nos impulsa a hacerlo. Cómo podemos sentirnos bien en un mundo donde el mayor negocio es la guerra. Quién contempla nuestras ilusiones y nos avasalla con misiles de inseguridad. Quien apaga las velas dejando sólo rastros de rutina y calamidad.

domingo, 14 de octubre de 2012

El carrusel

A veces, cuando te miro, me pregunto si el camino de tu mente estará lleno de zarzas. Y me rompo la cabeza pensando en cómo llegar hasta él, y descubrir qué ocurre ahí dentro, por qué ríes, por qué no lloras, por qué callas y te apartas, ¿de qué huyes? ¿En qué tierra de nadie estallan tus recuerdos? Sabes, si me dejas, yo podría cambiar tu mundo. A ti no te cambiaría por nada, pero si me coges de la mano (o de donde tu quieras) y te dejas llevar, puedo hacer que tu vida sea un carrusel, con altibajos, quizás, pero siempre, siempre a tu lado, para que cuando tus fuerzas desfallezcan, yo me convierta en tu luz, y te consuele de la única manera que sé: llenando tu letargo del mas sincero e idílico afecto.

Recuerdas, hace tiempo pactamos que vivimos en un sueño hecho realidad. Y si te digo la verdad jamás he sido tan feliz de saber que los sueños, sueños son, porque tu y yo existimos y estamos despiertos, y no podría ser más maravilloso. Porque te amo, te amo con todos los dichosos poros de mi condenada piel, que junto con la tuya, son lo único que nos separa.

lunes, 6 de agosto de 2012

El dulce porvenir

Recoge mi delicado corazón,
Con tus grandes manos de algodón.
Acúname en tu pecho
Y obviemos lo que ya está hecho:
Y no.
Mi estómago no es ningún cementerio de mariposas;
Es un campo de batalla dónde estallan mil historias.


El pasado resulta efímero cuando te espera un dulce porvenir.


Y el roce de tus dedos se convierte en el momento idílico.
Y el roce de tus labios se vuelve adictivo.



Por cada centímetro de mi piel que acaricias con tus manos,
nace una eternidad en el Edén. 

jueves, 7 de junio de 2012

Gatito.

Y de repente suelta una palabra.
Nada, una pequeñez sin importancia, pero que sin embargo te hace evocar historias pasadas.
Y recuerdas lo mal que lo pasaste, y lo bien, también.
Y te preguntas cómo carajo has llegado hasta aquí.


Y de repente lo miras a los ojos.
Y te das cuenta de la suerte que has tenido, ya que las cosas no podrían haber salido mejor.
Porque al fin y al cabo, él está a tu lado.
Y ya no importa que aquélla persona se fuera.
¡Menos mal que se fue!
Ya no importa todo el dolor enfermizo que sufrí,
Ni el insomnio,
Ni la desidia,
Ni todas las veces que sentí morir.


Porque he encontrado una cura y es él.


Y sonrío, porque sí, porque es hermoso.
Porque me doy cuenta de que en ese mismo instante él está experimentando el mismo proceso interno.
¿Cómo llamarlo, si no es felicidad?
Y es increíble porque los dos lo sabemos.
Sin decir nada lo sabemos.
Pero lo decimos.
No más que para corroborar lo que es evidente. 


Y sí, yo me lo creo cuando me dicen que una vez tocado fondo vas a alcanzar la cima,
Porque ahora mismo estoy en ella y, joder,
¡No veas qué vistas!

miércoles, 28 de marzo de 2012

Cianuro

Una vez me contaron que ya lo sabemos todo, y que cuando aprendemos, recordamos aquello que persiste adormecido en el alma, renace aquello que permanece en nuestro ser de manera innata. Pero nunca entendí por qué lo olvidamos. Al menos aquellas cosas que conllevan un cierto grado de transcendencia. Cómo olvidé la lección más importante del mundo? Cómo pude olvidar lo que para mí daba sentido a esta vida? Embriagada por las telarañas, me sorprendo a mi misma memorizando esta lección, que la sé. Y no siento nada.  Un vividor me dijo una vez que si la teoría está asumida, la práctica sale sola. Y yo creo que tiene razón. Quizás ahí está el problema. Dejé de asumirlo y, qué fácil ser feliz cuando todo va bien, y que fácil llorar cuando el mundo se derrumba. Nadie nos ha inculcado en esta vida lo contrario. Para ser feliz, uno debe hacerse a si mismo burlando las circunstancias. Bailar bajo la tormenta...puede que guarde un leve recuerdo (espero ansiosa a que renazca). Nadie nos hace daño si no queremos. Y nos destrozan la vida si nosotros nos convencemos de que así ha sido. Somos veneno para nosotros mismos, y a la vez, somos nuestra única salvación.

martes, 20 de marzo de 2012

En boca del insomnio (escrita el 15/1/2012)

Cuando la ira la aborda, se remonta en recuerdos del pasado, para ahuyentar el insomnio. Como aquél en que, junto a amigas del momento, bailó delante de todo el colegio vestida de hippie al ritmo de una canción de un anuncio de Coca-cola de los sesenta. A veces se desahogaba escribiendo horas y horas, y no paraba hasta tener una preciosa obra de arte entre manos (o al menos lo intentaba). No puede olvidar todo aquello que pasó. Puede vivir con ello, pero en sueños llegan sus fantasmas a atormentarla. Cada noche es un pequeño infierno. No soporta el desastroso silencio de su cama, interrumpido sólo, por los casuales maullidos y gruñidos de los gatos. Y cuando ya tarde, entra al fin en brazos de Morfeo, sueña. Sueña con sus amigos, o con gente conocida. Con su familia y con sus sueños cumplidos, incluso con amores ya desistidos. Una vez soñó que estaba en lo alto de una ola, surfeando, y llegaba a la orilla pero ella no paraba, y recuerda algo de que iniciaba un viaje. En ocasiones tiene pesadillas, que más de una vez le han conducido al ataque de ansiedad. Y al despertar, siempre le quedan esos cinco, seis segundos de resaca somnolienta en que todavía cree que lo que sueña es real. Y maldice a su subconsciente, por avasallarla con estas falsas ilusiones, que estallan justo en medio de la frontera entre lo amargo y lo dulce. O para ser más específico, entre lo ácido y lo agridulce. 


Su alma es un pozo de contradicciones: Dicen que lo bueno se hace esperar, pero también que pronto se hace tarde. Quién madruga Dios le ayuda, pero no por mucho madrugar amanece más temprano. Más vale que sobre que no que falte, y que lo bueno, si es breve, dos veces bueno.


¿Debió pedirle que volviera, porque realmente la quería? o, ¿simplemente la estafó, que visto lo visto, parece lo más probable? ¿Con cuál de estos dos dilemas se está auto-engañando? Parece que ya vuelve a auto-destruirse. Vamos a ver: recuerda aquella vez en que fue a la discoteca a llevarle un regalo de cumpleaños a su mejor amiga y estaba aquél chico con el que...parece que el sueño empieza a asomar.